"Para mí, el cine son cuatrocientas butacas que llenar"
| Alfred Hitchcock

domingo, 21 de noviembre de 2010

Nos dejaron... descansen en paz, Manuel Alexandre y Luis García Berlanga


En apenas un mes negro, repartido entre los de octubre y noviembre de 2010, nos dejaban para siempre dos grandes del cine español, uno actor y otro director, Manuel Alexandre y Luis García Berlanga. Se han ido dos figuras míticas y claves de nuestro cine, dos de los personajes más homenajeados y queridos dentro del gremio en nuestro país, además de dos auténticos maestros en sus respectivos trabajos.

Desde este humilde blog me gustaría dar ni particular homenaje a estas dos figuras que han hecho que muchos como yo amemos el cine español. Para ello haremos a continuación un pequeño recorrido por sus vidas prefesionales, por la vida de un secundario de lujo con tintes de protagonista, como fue Alexandre, y de un director que cuenta en su haber con algunas de las mejores películas de la historia del cine español, Berlanga.


Manuel Alexandre

Madrileño, nació un 11 de noviembre de 1917 y comenzó antes que con el cine con el Derecho, que posteriormente cambió por el Periodismo y que tuvo que dejar por culpa de la Guerra Civil. Años después del conflicto, en 1945, comenzó con la interpretación y lo hizo en el teatro en la compañía de Társila Criado y Jesús Tordesillas, que representaban en el Teatro Reina Victoria, de la capital española, Cuando las Cortes de Cádiz. Luego pasó a la compañía del Eslava y después a la del Teatro Español.

En el cine debutaría sólo dos años después de su inicio en el teatro, en 1947 con la película Dos cuentos para dos, de Luis Lucía, y posteriormente en la mítica Bienvenido Mister Marshall (1953), dirigida precisamente por el otro personaje al que aquí queremos recordar: Luis García Berlanga.

En televisión participó también en más de un centenar de espacios dramáticos y otros programas, y fue en este sector donde realizó su último trabajo, 20-N: los últimos días de Franco (2008), un telefilme dirigido por Roberto Bodegas donde encarna al dictador Francisco Franco en los últimos días de su vida.



Entre los numerosos premios con los que cuenta a través de una extensa filmografía con 169 títulos ni más ni menos, están el Premio Honorífico de la Unión de Actores, que recibió en 1993, el Goya de Honor, diez años después, en 2003, el TP de Oro, como premio especial a toda una vida, en 2008, y la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, en reconocimiento a su dilatada trayectoria, en 2009, que le entregaron los Reyes de España y el presidente del Gobierno. Sólo un año después nos dejaba, pero también nos dejaba recuerdos imborrables de un cine que nos apasionó a todos.


Luis García Berlanga

Valenciano, nacido el 12 de junio de 1921 se dedicó toda su carrera al guión y la dirección, aunque como Alexandre, comenzó estudiando Derecho, pasando luego a Filosofía y Letras, hasta que en 1947, mismo año en el que Alexandre empezaba en el mundo del cine, el entraba en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid.

Debutó en el cine en 1951 con Esa pareja feliz, en la que colaboraba con Juan Antonio Bardem. Se le considera uno de los renovadores del cine español de posguerra. Entre sus películas destacan títulos célebres de la historia del cine español, como El verdugo o Bienvenido, Mister Marshall, en la que coincidió por primera vez, como decíamos, con Manuel Alexandre. Trabajó en siete ocasiones con el mítico guionista Rafael Azcona.

Su cine se caracteriza por su mordaz ironía y sus ácidas sátiras sobre diferentes situaciones sociales y políticas y entre sus películas más destacadas, además de las ya comentadas, están Plácido (1951), que fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa; La escopeta nacional, La vaquilla o París Tombuctú, entre otras.

Y entre los premios con los que cuenta destacan, en 1980 el Premio Nacional de Cinematografía; en 1981, la Medalla de Oro de las Bellas Artes; en 1986 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes; y en 1993, el Premio Goya al mejor director por su película Todos a la cárcel. El 25 de abril de 1988 fue elegido miembro de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, e ingresó al año siguiente.

El pasado 13 de noviembre, a la edad de 89 años, nos dejó, como un mes antes nos había dejado Manuel Alexandre, y ahora el mundo del cine español llora su pérdida, aunque tiene una razón más para seguir adelante viendo cómo estos dos personajes son unos de esos héroes que pusieron las bases de nuestro cine, y nos dejan un recuerdo que debemos recordar y un trabajo a sus espaldas que debemos imitar para que nuestro cine siga adelante. Descansen en paz, Manuel Alexandre y Luis García Berlanga.





Aquí podemos verle también en una de sus últimas apariciones en pantalla, en un bonito anuncio de Médicos sin Fronteras, de su campaña "pastillas contra el dolor ajeno"... Berlanga accedió a que le grabaran en su propia casa y a compartir escenas con su asistente y su nieto en la vida real. En un ambiente íntimo y cotidiano, nos narra el primer momento del día, en el que, debido a su edad y achaques, debe tomarse diversos medicamentos. Y nos conmueve al explicarnos que, de todas las pastillas que debe ingerir diariamente, sus preferidas son las que le tratan contra el dolor ajeno, las que toma "para ayudar a los que no tienen pastillas para curarse".

Dino de Laurentiis, uno de esos hombres que dignificó la profesión del productor


Bien sabemos todos que en España la figura del productor está denigrada, hablando de él como un personaje que pone el dinero para hacer una película y que posteriormente no sabe hacer otra cosa más que romper la creatividad de los "verdaderos creativos" a base de intervenciones y recortes presupuestarios. ¿La culpa? Probablemente de muchos productores ineptos sin el más mínimo conocimiento de cine que han probado suerte en este negocio; y en segundo lugar, y sobre todo, de un gremio de "artistas" que se creen por encima de todo haciendo su "cultura cinematográfica". Si en España se tuviera el respeto por la figura del productor que se tiene, sobre todo en Estados Unidos, y en otros países europeos, quizás tendríamos otro punto a nuestro favor para crear una verdadera industrial del cine española.

¿Y a qué viene todo este discurso? El fallecimiento del mítico productor italiano Dino de Laurentiis el pasado 11 de noviembre, me ha hecho pensar en estas cosas, viendo como se ha ido "uno de los más grandes", lo que en España sólo utilizamos para actores y directores. Y es que De Laurentiis ha sido uno de los productores más reconocidos y respetados de la historia del cine. En su filmografía (porque los productores también la tienen) encontramos películas de culto, como Arroz amargo, de Giuseppe De Santis (1946), La Strada (1954) y Las noches de Cabiria (1956), ambas de Federico Fellini, además de auténticos éxitos de taquilla ya en su periodo profesional en la insdustria de Hollywood, como Guerra y Paz (1956), Barbarella (1968), Serpico (1973), Los tres días del cóndor (1975), Flash Gordon (1980), Conan, el bárbaro (1982) o todas las películas de la saga de Hannibal Lecter a excepción de El silencio de los corderos, entre otras.

Dino De Laurentis nació en la localidad italiana de Torre Annunziata, en la provincia de Nápoles, y creció vendiendo el spaghetti producido por su padre. Dejó su hogar a los diecisiete años para estudiar cine en el Centro Experimental De Cinematografía en Roma, estudios que fueron interrumpidos por la Segunda Guerra Mundial. En 1946 fundó su propia empresa Dino de Laurentiis Cinematográfica. Trabajó además en muchas ocasiones en cooperación del también productor Carlo Ponti. Entre sus primeras películas están precisamente Arroz amargo, La Strada y Las noches de Cabiria.


 En los años sesenta construyó sus estudios cinematográficos, pero éstos financieramente quebraron en los setenta. Sin embargo, De Laurentiis siguió produciendo películas, ya más comerciales, como una imitación del personaje de James Bond (Bésalas y haz que mueran), un spaguetti western (Navajo Joe, 1966), Anzio (1968; ambientada en la Segunda Guerra Mundial que desgraciadamente tan bien conoció) y una adaptación del cómic Barbarella (1968), de la que antes hablábamos, con una joven Jane Fonda.

Ya en los setenta, De Laurentiis se instaló en Estados Unidos, donde fundó la firma De Laurentiis Entertaining Group (DEG) con sede en Wilmington (Carolina del Norte). La construcción de estos estudios convirtió rápidamente a esta ciudad en uno de los centros estadounidenses más activos de producción de cine y televisión. Durante este período De Laurentiis hizo un número de películas exitosas y aclamadas, como algunas de las que ya hemos hablado, incluyendo El Científico Cardplayer (1972), Serpico (1973), Deseo de Asesinar (1974), Mandingo (1975), Los tres días del cóndor (1975), El Huevo de la serpiente (1977), Ragtime (1981) y Conan, el bárbaro (1982).

El nombre De Laurentiis se hizo popular con sus producciones más comerciales, que convirtieron su firma en sinónimo de diversión: la versión de King Kong de 1976 con Jessica Lange, Orca, la ballena asesina (1977) con la aparición de una joven Bo Derek, El búfalo blanco (1977), Huracán (1979), la versión de Flash Gordon de 1980 y Halloween II (secuela de la película de John Carpenter de 1978). También produjo proyectos más arriesgados, de David Lynch, como Dune (1984), que se saldó con un fracaso comercial, y Terciopelo azul (1986).


 De Laurentiis también hizo varias adaptaciones de obras de Stephen King, incluyendo Ojos de Fuego (1984) La zona muerta (1985), Los Ojos del Gato (1985), La bala de plata... En 1992, El ejército de las tinieblas o Army of darkness fue producido conjuntamente por De Laurentiis, Robert Tapert y la estrella de la película, Bruce Campbell. También la criticada Maximum Overdrive de 1986, ópera prima de King como director.

Además, como ya índicábamos al inicio, produjo la primera película donde aparecía el personaje de Hannibal Lecter, escrito por Thomas Harris: Manhunter (Michael Mann, 1986). Tal vez por su discreto resultado comercial, renunció a producir la secuela escrita por el mismo autor, El silencio de los corderos, de lo que se arrepintió profundamente, por el éxito comercial y los Oscars que cosechó. Sí produjo las dos películas posteriores sobre Lecter: Hannibal (2001) y El dragón rojo (2002). También produjo Hannibal Rising (2007), otra precuela que se remonta a la niñez de Lecter para narrar cómo se convirtió en asesino.

En su posterior elección de historias, ya en la etapa final de su carrera, De Laurentiis prefirió producir adaptaciones de libros exitosos, seguramente de acuerdo a su buen ojo comercial.

Desde su primera película, L’ultimo combattimento (1940), De Laurentiis produjo casi 150 películas, pero el pasado 11 de noviembre el cuerpo le dijo basta y a sus 91 años de edad murió en su residencia de Beverly Hills, habiendo sido uno de los productores más grandes de la historia del cine, uno de esos hombres que dignificó la profesión del productor.

martes, 12 de octubre de 2010

Cómo se hizo... 'El último trabajo'


Después de realizar el primero de los trabajos que se nos puso como obligatorio en nuestro máster de producción audiovisual (que podéis ver en mi página de YouTube), los veintidós compañeros que formamos parte de esta aventura educativa nos lanzamos a por nuestro segundo reto: el rodaje de un cortometraje en 35 mm. Entre todos se nombraron una serie de guionistas que presentaron sus posibles guiones, saliendo finalmente elegido uno que llevaba por título 'El último trabajo', escrito por nuestro compañero Caque Trueba.


El primer paso estaba dado y a partir de ese momento comenzaba el periodo de preproducción, que duraría dos meses, entre abril y mayo, para dar lugar al rodaje a finales de este mismo mes, el día 28 de mayo de 2010. Para una buena organización del trabajo nos dividimos en grupos entre Dirección, Producción, Vestuario, Maquillaje, Arte y Making Of (yo formaría parte del equipo de producción). En ese periodo de preproducción se organizó como en toda producción audiovisual el material técnico necesario, todo lo referido a vestiario y atrezzo, se hicieron las localizaciones (todas en el recinto de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid) y el casting, por el que pasaron más de una treintena de actores de los que finalmente sólo quedaron cinco, dos protagonistas: Mercedes Mayo y Paco Peramos, y tres secundarios, Carolina Herrera,...


'El último trabajo' nos hace una pregunta alrededor de la cual gira su argumento: ¿Qué es la felicidad? En esta historia, Adriana, una chica triste que estudia Filosofía y que no es capaz de encontrar ese "extraño término" que es la felicidad se ve obligada a entregar un trabajo de final de curso que tiene como título esa misma pregunta...

Con todo lo que al equipo de producción le atañe y la idea ya bien centrada en la mente de los directores del corto, que finalmente serían el mismo guionista, Caque Trueba, y Cristina García, llegó la víspera del rodaje en la que viajamos hasta el norte de Madrid para recoger el material alquilado de cámaras, sonido e iluminación (por dos días: este de la víspera y el del rodaje para que no se disparase el presupuesto) a la empresa Sercivi, contratando también a otra empresa Megino A, para que nos hiciera el transporte hasta la propia universidad, donde lo guardaríamos en los almacenes de material audiovisual hasta la jornada de rodaje.


¡Y por fin llegó el día del rodaje! 28 de mayo, 7,00 horas de la mañana, parecía que el día podía estar desapacible porque las nubes inundaban el cielo y había numerosos exteriores que rodar. Cuatro coches de producción se colocaron en los aparcamientos de la universidad para coger sitio y con el paso del tiempo (el rodaje se puso en marcha a eso de las 10,00 horas) vimos que eso del mal tiempo sólo fue una falsa alarma.


El rodaje comenzó entonces con los exteriores (la llegada de Adriana a la universidad en coche y su paseo desde el propio vehículo hasta el aulario trabajao en mano, donde sí que usamos de un buen número de figurantes -todos ellos de nuestro propio equipo, por eso de ahorrar costes-. De ahí pasaríamos a los interiores, primero por los pasillos de la universidad y posteriormente en los despachos y baños de los profesores. El ritmo fue intenso y el plan de rodaje acabó por adelantarse pues terminamos a eso de las 19,00 horas, una hora antes de los previsto.


Una vez finalizado el rodaje se llamó de nuevo al transportista para que volviera a por el material y varios miembros del equipo de producción, una vez recogidas las bobinas (ocho en total), nos fuimos rápidamente en coche hasta Ciudad de la Imagen, donde teníamos ya pactado dejar para el revelado del negativo las bobinas a la empresa Technicolor. Allí haríamos días después un visionado de lo rodado y directores y director de fotografía (Miguel Leal), escogieron por su parte las imágenes que ya formarían parte del producto final. Una vez revelado se hizo un telecine y pasó a AVID a manos de nuestros montadores, que trabajaron durante una semana posteriormente (siempre junto a los directores) para dar forma a nuestra pequeña obra. Ese fue el penúltimo paso antes de ser enviado a su sonorización, que correría a cargo de la empresa madrileña Sound Garden, donde se realizó el doblaje (se rodó sin sonido) y la posterior sonorización.

El producto final... lo tendremos muy pronto y lo podréis ver en esta misma página. De momento podéis ver las fotos del rodaje que he publicado en la página de Flikcr de El Baúl del Atrezzo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

¡Hasta siempre señor Curtis! Y gracias...


Nos ha dejado un clásico de Hollywood, un actor polifacético que nos ha hecho reir frente a la gran pantalla con películas tan clásicas como Con faldas y a lo loco, o vibrar con otras como Espartaco. Sí, hoy nos ha dejado Tony Curtis y no sólo la factoría norteamericana del cine lo llora, sino que las lágrimas son hoy patrimonio de todos los cinéfilos del planeta.

Curtis nació hace 85 años en la ciudad de Nueva York en un caluroso tercer día de junio, en una época llena de historia, con la famosa crisis del crack de 1929 a las puertas. Era hijo de Emmanuel y Helen Schwartz, una familia de judíos húngaros que vivían en el barrio del Bronx, famoso por aquel entonces por ser cuna de inmigrantes y gente de pocos recursos y que también lo fue de este maravilloso intérprete célebre por su físico de galán y su acento típicamente neoyorkino.


Su currículum fue envidiable, actuando en más de un centenar de películas entre los años 1949 y 2008, pero, sin duda, su nombre quedará ligado a su interpretación en la película dirigida por Billy Wilder Con faldas y a lo loco, en la que compartió reparto con otros dos clásicos del cine de Hollywood como Jack Lemmon y Marilyn Monroe.

En 1949 se daba la irrupción de Tony Curtis en el mundo del séptimo arte con El abrazo de la muerte, de Robert Siodmak, y a partir de ahí fue creciendo como actor y quitándose de encima el lastre de ser considerado como otro simple "guapo y apuesto" actor de la meca del cine demostrando su talento en películas de la talla de Chantaje en Broadway, con Burt Lancaster, y en su papel de un prófugo encadenado a Sidney Poitier en Fugitivos, que le valió una nominación a los Óscar.


Su historial incluye títulos míticos como Espartaco de Stanley Kubrick, Trapecio de Carol Reed, El último magnate de Elia Kazan, La semilla del diablo de Roman Polanski (donde sólo puso su voz), Su alteza el ladrón, de Rudolph Maté, Los Vikingos, de Richard Fleischer, junto a Kirk Douglas, y El Conde de Montecristo, de David Greene, además de trabajos en televisión, como en la serie Los Persuasores, junto a Roger Moore.

Sus últimas apariciones en el cine se dieron hace sólo dos años, en 2008 en las películas David & Fatima, dirigida por Alain Zaloum y en The Jill & Tony Curtis Story, de Ian Ayres, en la que se revisa precisamente la trayectoria y la vida gratificante o no, según se mire, del maestro Tony Curtis.


Hoy, desde aquí, desde este pequeño y humilde rincón de la red de redes no quiero dejar la oportunidad de hacer mi pequeño homenaje para este grandisimo actor que ha sido y será uno de los grandes iconos del cine norteamericano y mundial y uno de esos personajes que han convertido a Hollywood en lo que es, la meca del cine. ¡¡Hasta siempre señor Curtis!! Y gracias...



Rodaje del spot ‘¿Y tú para qué actúas?’


El fin de semana del 30 y 31 de enero de 2010 la Residencia Universitaria Arturo Duperier de Ávila, acogió el rodaje del spot ¿Y tú para qué actúas?, un proyecto puesto en marcha por parte de la propia dirección del centro, dependiente de la Junta de Castilla y León, bajo el nombre de Proyecto Dupecine, que fue dirigido por el abulense Jesús del Caso, un actor que se pone por primera vez detrás de las cámaras a la espera del rodaje de su primer corto, previsiblemente este mismo año.

En este trabajo, en el que se contó con importantes medios técnicos (sonido, cámara, iluminación, decorados, etc.) se contó como actores con los propios residentes del centro, además de con profesionales del medio como fueron Rubén Arroyo, presidente de la Asociación Juvenil Claqueta, como Ayudante de Dirección, Eduardo San Segundo, de la Productora Zenytal, como cámara; Luís A. Sánchez, como Director de Fotografía; Cristina Sánchez, en maquillaje y peluquería; Rubén Sánchez, como Jefe de Sonido; y yo mismo, como Jefe de Producción


El proyecto, que trata el tema de la prevención ante el consumo de tabaco y de alcohol entre los jóvenes, se dividió en tres fases. La primera de ellas referida al desarrollo de la idea y a la formación del equipo de trabajo. En este primer punto se puso en marcha la idea y se hizo el estudio de viabilidad pertinente, se buscaron los medios humanos y técnicos, la gestión de los recursos materiales, se montaron los decorados y se empezó a trabajar en la búsqueda de posibles actores.

Este trabajo de unos dos meses de duración dio como resultado las dos intensas jornadas de rodaje del pasado fin de semana. El sábado por la mañana, Jesús del Caso duio clases de interpretación para los residentes que participarían posteriormente en el spot. Ya por la tarde se hizo el casting para repartir los papeles y se empezaron a rodar los primeros planos, aunque fue la jornada del domingo cuando se dedicó por entero al rodaje que se alargó hasta altas horas de la madrugada.


La tercera fase, la posproducción, que se alargó hasta el mes de marzo. En ella se puso en marcha este spot de unos 20 segundos de duración, además de un making off, en el que se muestra el trabajo de todos los participantes en estas dos intensas jornadas.

El objetivo final, como en todo producto audiovisual, es el de la difusión, que comenzó en el mes de marzo después de su presentación y que será gestionado por la Junta de Castilla y León a través de la televisión autonómica. Aquí podéis ver el producto terminado, dos promos que espero que os gusten:



XVII Magíster en Producción Audiovisual de la Universidad Complutense de Madrid


La decimoséptima edición del Magíster en Producción Audivisual que imparte la Universidad Complutense de Madrid ha sido la vía que finalmente he encontrado como más fiable para comenzar a entrar dentro del mundo de la producción alejándome de lo que hasta ahora ha sido mi vida profesional: el periodismo.

Durante todo un año, junto a 21 compañeros de toda España y algunos llegados de nuestras hermanas tierras de Latinoamérica, haremos un recorrido por todo lo que hay que saber para dedicarse al mundo de la producción a través de un buen número de asignaturas entre las que dstacan la economía, el derecho y la tecnología audiovisual, pero que se completa con conocimientos de todo el conjunto de este gremio, con estudios de guión, dirección o realización en cine y televisión, entre otras cosas…


Durante el curso tendremos que hacer dos importantes trabajos audiovisuales: un magazine, en el que rodaremos con cámaras de televisión ENG cuatro bloques: un contenedor y tres espacios de humor, documental y música; y un cortometraje en 35 mm. Todo esto unido a numerosas visitas a empresas del sector y a prácticas veraniegas en alguna importante empresa relacionada supondrán mi incursión en este mundo de la producción del que ya os iré informando en próximas entradas…

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿Un duro golpe para el cine español?


Parece que este año las cosas para el cine español han ido sobre ruedas con buenos resultados en taquilla. Películas como Celda 211, Ágora, Spanish Movie o Los Abrazos Rotos, se han embolsado una buena cantidad de millones a través de la red de salas de nuestro país, e incluso en el extranjero. Pero estos cánticos de sirena para la industria cinematográfica patria se han visto empañados por dos hechos que han dado lugar a que la desconfianza se cierna entre todos los profesionales de este medio.

El primero de ellos fue el anuncio hace un mes de la Comisión Europea de que, ante la situación de crisis que estamos viviendo, se bloqueaban las subvenciones para los rodajes a comienzo del año 2010 por tiempo indefinido. El segundo, ha llegado hace apenas un día, cuando el Tribunal Supremo ha planteado una cuestión de inconstitucionalidad contra la ley que obliga a las televisiones a invertir un 5% de sus ingresos en producciones españolas y europeas cuando se cumplen 10 años desde que en 1999 el gobierno de José María Aznar lo pusiera en marcha y después de una dura pugna por parte de la Uteca, organismo que agrupa a las seis cadenas privadas de ámbito nacional.

Ya han sido muchas las voces en contra de esta cuestión, sobre todo dentro del mundo de la producción, porque han visto que ante esta situación “el cine español no sobrevivirá”.


Uteca tiene gran parte de razón en sus alegaciones, ya que, como bien dicen, en otros sectores empresariales no se realiza un intervencionismo como el que sucede con las televisiones. El hecho de que por ley se obligue a estas empresas privadas a destinar parte de sus ingresos a un fin totalmente distinto al que ellos pueden tener dentro de su plan de trabajo y sus negocios, les supone gastos que han cifrado en casi 1.000 millones de euros desde que se puso en marcha la ley, aunque también es cierto que las televisiones han ejercido a través de esto como productoras o como las cadenas con prioridad para emitir las producciones cinematográficas. Este último punto podría quitar cierta leña al fuego encendido por Uteca, aunque no quiere decir que esto deba imponerse por ley, sino que, como con el resto de las empresas, se le permita libertad de movimientos y libertad para realizar sus inversiones.

Para las productoras sí que supondría un gran revés, ya que el dinero procedente de las televisiones, más el de las subvenciones, ayudan en gran medida a la hora de poner en marcha películas con mayor confianza, ya que ellas tienen menos dinero que invertir y que arriesgar. Parece que el modelo norteamericano de las grandes productoras y del cine comercial no tiene cabida en nuestro país, pero sería cuestión de planterselo, de hacer cine más comercial, que paralelamente también ayude a hacer un cine más independiente y de calidad.

No sólo es cuestión de plantearlo desde la base, sino también a la hora de ofrecérselo al gran público, que aún tiene esa idea preconcebida de que el cine español es malo, idea que por suerte se va revirtiendo poco a poco, como demuestra la taquilla, en gran medida gracias a un aumento en la calidad de las producciones, trabajando en nuevos géneros, como la animación, el terror o la comedia -no sólo el típico drama o las películas históricas de la Guerra Civil-.

La crisis también agrava la situación y cada vez cuesta más arriesgar en una industria tan poco fiable como es la cinematográfica. La situación de acomodo que se ha podido producir a través de tantas inversiones externas (ayudas) puede cambiar, y mucho, ante estos lances del destino que han llegado como un jarro de agua fría para la industria.


Si todo esto sale adelante, sin duda será un duro golpe para la industria del cine español, aunque habrá que estar atentos a cómo evoluciona la tramitación en el Parlamento de la Ley General Audiovisual (LGA), en la que se plantea continuar con esa cuota del 5%, ampliandolo al 6% para las cadenas públicas, con unas cantidades que deben destinarse a películas en un 60% en el caso de las privadas y un 75% en el de las públicas, con una participación que puede ser directa en la producción del filme o con la compra de derechos de antena.

Este es sólo el comienzo de un debate que va a dar mucho de qué hablar. Estaremos atentos.

Aprendiendo a ser actores


Terminando mi recorrido por los eventos pasados, el fin de semana del 12 y 13 de julio de 2008 tuve la oportunidad de estar presente en una de las actividades más interesantes organizadas para ese mes estival en la capital abulense: “Un verano de cine en Ávila”, en el que asistí al segundo fin de semana de un taller de interpretación que impartían las actrices Eva Pallarés y Vanessa Espín. El taller estaba organizado por la Asociación Juvenil Claqueta, a la que pertenezco, por lo que espero que mis palabras anteriores no suenen simplemente a autobombo, porque realmente fue una experiencia digna de vivir.

Es cierto que no puede participar como alumno, ya que no pude asistir al primero de los fines de semana del taller, pero me encantó estar presente como apoyo logístico y aprender de las lecciones que, a cada paso, Eva y Vanessa enseñaban a sus alumnos: doce en total, que terminaron su aprendizaje “con ganas de repetir curso”.

Desde aquí me gustaría agradecer el trabajo realizado por las dos actrices presentes en el taller, que pusieron todo su empeño en enseñar en el poco tiempo que tuvieron algunos de sus conocimientos en el campo de la interpretación, además de crear en algunos el gusanillo de convertirse en actores y actrices, además de que todos los alumnos, a los que hay que agradecer también su presencia, demostraron grandes dotes interpretativas y nos enseñaron cómo en una pequeña ciudad como Ávila también hay gente diferente al resto y con valor para ponerse delante de una cámara para representar diferentes papeles diferentes ajenos a su propia forma de ser y actuar.

Desgraciadamente, de forma paralela a este taller, tuvimos la mala suerte de no sacar adelante otro taller que teníamos organizado sobre guión y dirección de cine, que impartirían, en primer término, el director abulense Javier San Román, nominado este año al Goya al mejor cortometraje por ‘Proverbio Chino’, y a Luis San Román, también de raíces abulenses, que ha apoyado mucho a la Asociación Claqueta en las últimas actividades organizadas. De todas formas, el proyecto no quedará en el limbo y esperamos que en breve podamos disfrutar de él como ya lo hemos hecho con el taller de interpretación.


Eva Pallarés y Vanessa Espín

Eva Pallarés es actriz, cortometrajista, directora de casting… y entre sus trabajos destaca el largometraje Azuloscurocasinegro, de Daniel Sánchez Arévalo, cortos como La culpa del alpinista escrito por Julio Médem, Tutoría escrito por Eva, y codirigido junto a José Carlos Ruiz. Además también posee en su currículum varias colaboraciones en vídeo-clips: Colillas en el suelo y Tendremos que esperar, de Deluxe.

En cuanto a Vanessa Espín, es una actriz con amplia experiencia en teatro. Su último trabajo ha sido en Las Siamesas del Puerto, texto de Andrés Lima, y ha impartido clases en La Sala Cuarta Pared, La Dinamo, y en el Espacio Zuinda.

Objetivos del taller

Los objetivos del taller que disfrutamos en Ávila eran tres:

- Proporcionar información y asesoramiento profesional a cerca del casting, book, vídeo-book y demás necesidades básicas que necesita el actor principiante cuando inicia su carrera.

- Acercamiento a la técnica interpretativa más conveniente ante el objetivo de una cámara. No es lo mismo el espacio abierto de un escenario, que mantiene ciertas distancias con el espectador, que la minuciosidad con la que se retrata cada momento en cine. Efecto ampliación.

- Hallar las claves de una escena a través de su texto. Explorando las diferentes probabilidades que sugiere cada frase, cada silencio, cada segundo en plano.

Al final, todos los alumnos pudieron llevarse a casa una escena en la que participaron grabada, como práctica final del taller.

Desarrollo del taller

El taller se dividió en dos sesiones, repartidas en dos fines de semana con dos jornadas de trabajo por cada uno de ellos. De este modo, el primer fin de semana se llevó a cabo la presentación y reparto de las escenas. Después, se hizo una lectura de cada una, para asignar los personajes, buscando ya intenciones, conflicto…etc.


Las prácticas que se hicieron de cara a la grabación final en la segunda de las sesiones del taller fueron, básicamente a través de ejercicios de improvisación y ensayos de las escenas. Aquí se hacía una búsqueda de los personajes, motivaciones y conflicto a través del análisis del texto.

Desgraciadamente, no pude asistir, como ya explicaba a esta primera toma de contacto, en la que el apoyo vino de manos de otro de mis compañeros de la asociación, Rubén Arroyo, aunque sí pude estar en la segunda, y en la que no pudo estar Rubén, en la que se comenzó con un repaso de las escenas practicadas el fin de semana anterior y un análisis del trabajo realizado por los alumnos durante la semana, atendiendo las propuestas de cada uno, para después continuar con los ensayos previos y definitivos de cara a la grabación, para posteriormente que se pusieran todos delante de la cámara dando forma al trabajo realizado. Bajo mi humilde punto de vista, muy positivo.

Además de con las dos actrices, el taller también contó con la presencia del actor abulense José Ángel Capelo, un buen amigo, que estuvo presente apoyando a los alumnos y ayudando en todo mi trabajo durante los dos días que estuve.

Muchas gracias a todos y esperemos poder volver a vernos otro año que pueda volver a repetirse, cuando desde las instituciones se apoye más este tipo de iniciativas.